miércoles, 1 de octubre de 2008





Siete voces radicadas en Córdoba: la mayoría cordobeses por nacimiento; otros por convencimiento y por amor. Tres mujeres y cuatro varones, como un trivium y un quadrivium. . Resulta difícil marcar un territorio común porque precisamente en la individualidad afirmada está el mérito del conjunto. No podemos hablar de concurrencia generacional pues entre el mayor y el más joven hay veintidós años de diferencia. Tampoco de poetas debutantes porque todos tienen varios libros publicados y algunos han obtenido premios significativos. Todos tienen formación universitaria sin que eso los convierta en poetas minoritarios. Se advierten sus lecturas, la resignificación de los clásicos pero no evaden la realidad, la vivencian y la expresan. Voces distintas, temas distintos y la única pasión por la poesía como “invisible perseguida”. María Zambrano decía que la poesía , cuando llega a encarnarse en plenitud, no es algo que los poetas “hacen” sino algo que “hace a “ los poetas irremediablemente.”. Siete voces que integran un concierto en el que todos armonizan y nadie desentona. Siete voces que pueden reunirse precisamente porque son distintos – no homogéneos- ,y convergen hacia una integración. Como los siete colores del arco iris, o las siete notas de la escala musical o los siete días del Génesis o los siete dones del Espíritu o las siete peticiones del padrenuestro Y podríamos seguir enumerando los simbolismos del número siete como cifra plenaria que convoca a estos poetas.
El título alude precisamente a esa realidad de siete “agonistas” luchadores con la palabra y en defensa insobornable de la palabra que no concurren por casualidad ya que constituyen un grupo que se reúne periódicamente. Porque son distintos dialogan y se enriquecen; porque son distintos pero no distantes en la común peregrinación hacia la palabra nombradora en una terca búsqueda., porque la búsqueda cuenta más que el hallazgo” Lemon). En todos subyace una poética, a veces explícita , pero siempre operante. Y una lucha con y por la palabra que se ofrece o se oculta, colma o vacía, redime o condena. “ Detrás del tiempo/ seré tan sólo/ las palabras/ escritas al azar/ en algún libro” (Mauvecin,); No he sabido decir. Mi rudo canto/ es todo lo que tengo./ El resto es artificio de poetas. ( Castellanos) No hay idioma para traducir la luz (Velasco) ; Debo elegir entre el silencio y la palabra/ Elijo el grito (Calle) No habrá palabra más honda que el vacío ( Levin ) Quién dice no importa más que esta palabra/ que te mece de frío a trópico, de pasión a muerte (Rabinovich).
Pero ningún comentario puede añadir nada a los textos. Porque, en último término todo lo que se diga sobre la poesía, más bien deja en orfandad a lo poético. Solo importa lanzarse a la aventura de leer a estos siete poetas para conocerlos y, en ellos, conocer lo humano ya que a través de la palabra el hombre revela lo que es.
Lila Perrén

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